Vivimos en la moda
de los productos “light”, dietas bajas en grasas, cereales supuestamente
integrales con efectos casi milagrosos y agua con azúcar que nos hacen creer
que son indispensables a la hora de entrenar.
Toda ésta falsa creencia de grasa = malo
se ha ido centrando sobre todo alrededor del mundo femenino ultimamente, pero
si observamos el funcionamiento del organismo y la fisiología vamos a ver que
no tiene ningún sentido.
NUESTROS MÚSCULOS NO SON IGUALES:
El tejido muscular está compuesto por fibras musculares de tipo I y tipo
II principalmente, aunque hay más subtipos. En las mujeres hay más
proporción de fibras tipo I (44%) que de tipo II comparado con los hombres
(39%), aunque puede variar hasta un 12% dependiendo de la persona, bien,
ésto puede que no diga mucho, pero la diferencia se encuentra en la composición
de éstas fibras.
·
Las fibras tipo I tienen mayor densidad
mitocondrial que las de tipo II, más gotas lipídicas y menos
miofibrillas.
·
Las fibras tipo II tienen menos mitocondrias,
más miofibrillas, y almacenan más cantidad de glucógeno que las de tipo I.
Ya empezamos a tener algo más de relación entre el tipo de composición
muscular y grasa, como se ve existe más cantidad de grasa en los músculos de
las mujeres que de los hombres, más adelante vamos a ver cómo influye ésto a la
hora de entrenar.
DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA GENÉTICA
¿Qué relación hay entre la composición muscular y la genética? Además de
haber diferencias en la composición muscular, también hay diferencias en el
mRNA de mujeres y hombres, lo que va a afectar a la expresión de ciertas
proteínas en el músculo relacionadas con el metabolismo de las grasas. La
primera diferencia la encontramos en las proteínas FAT/CD36, cuya función es
similar a GLUT-4 sólo que en éste caso tiene la función de inroducir los ácidos
grasos a través de la membrana plasmática del músculo esquelético para su
posterior oxidación o almacenamiento.
En las mujeres hay un 49% más de
expresión de FAT/CD36 que en hombres, independientemente de estar
entrenadas o no. En cuanto a los niveles de mRNA, esto es un dato curioso, ya
que sólo se mantiene en alto en mujeres no entrenadas, lo que significa que
independientemente del nivel de forma física las mujeres tienen más
facilidades para el transporte de ácidos grasos al interior celular.
Otra diferencia interesante son los niveles de mRNA relacionados con
lipoproteínas-lipasas musculares, ya que en mujeres no entrenadas sus niveles
son un 160% superiores que en los hombres, aunque en este caso no hay
diferencias considerables en la actividad y expresión de la misma entre hombres
y mujeres.
MAYOR CAPACIDAD PARA OXIDAR
LÍPIDOS
La oxidación de los ácidos grasos es el proceso fundamental en el catabolismo
de los lípidos, su oxidación dependerá en mayor o menor medida de los niveles
de grasa corporal, de la disponibilidad de ésta, de la hidrólisis de
triglicéridos y del tranporte de ácidos grasos libres.
El proceso de oxidación de los ácidos grasos (ϸ-oxidación) es un proceso
complejo que necesita de 4 reacciones principales, existe una triple enzima MTP
(mitochondrial trifunctional protein) que cataliza las 3 últimas reacciones en
la ϸ-oxidación.
Como veis la MTP cataliza gran parte de la ϸ-oxidación. ¿Qué relación
tiene ésto con las mujeres y mayor capacidad de oxidación? En las mujeres se
ve unos niveles mayores de mRNA relacionado con HADHB (una sub-unidad de
MTP) y una mayor expresión en el músculo esquelético que en hombres.
Para demostrar una mayor
capacidad de oxidación de grasa en mujeres, también existe un mayor
contenido de mRNA relacionado con PPAR (Peroxisome proliferator-activated
receptor), un subtipo de estos receptores se encuentra en el músculo
esquelético y cómo su nombre indica están relacionados con la proliferación y
el aumento de peroxisomas (intervienen en la oxidación lipídica).
Aunque no exista mucha diferencia entre los niveles de expresión, ésto
también está afectado por los niveles de AMPK, al aumentar AMPK, por
ejemplo, durante el ejercicio, se ven incrementada la expresión de MEF-2, PPAR
y PGC-1, éste ultimo regula la biogénesis de mitocondrias, por lo que
también estará fuertemente relacionado con la oxidación de las grasas.
En otro estudio se muestra cómo PGC1 mRNA aumenta en mucha más
proporción que en los hombres tras 90 minutos de ejercicio físico.
¿CÓMO AFECTA AL
ENTRENAMIENTO?
Durante el entrenamiento, está demostrado que las mujeres parecen
consumir más grasa como combustible que hidratos de carbono, además de haber
una menor degradación de proteínas.(American Journal of Physiology -
Endocrinology and Metabolism Published 1 June 2001 Vol. 280 no. E898-E907) En estudios el ratio de glicerol durante y
después del ejercicio es mayor en mujeres que en hombres, lo que demuestra una
mayor lipólisis y uso de las grasas cómo sustrato energético durante el
entrenamiento.
Como conclusión decir que todo este
conjunto de características y diferencias nos indican que las mujeres tienen
más predisposición y facilidad para usar la grasa como fuente de energía,
la verdad, es que es lógico, ya que por naturaleza las mujeres tienen mayor %
de grasa corporal, diferentes tipos de fibras musculares, y mayor expresión de
proteínas relacionadas con el metabolismo de lípidos. Por ello, una dieta alta
en grasas con un correcto balance entre ellas se adaptaría a la perfección a la
fisiología de femenina, además de resaltar que existe una buena adaptación y
rendimiento en el entrenamiento en ayunas, ya que aunque no exista un
agotamiento total de las reservas de glucógeno, sobre todo a nivel hepático, el
sustrato muscular principal serán los ácidos grasos cómo se ve en la
gráfica anterior, ya que durante el ejercicio, a través de AMPK se estimulan
marcadores relacionados con el transporte y oxidación de las grasas en mayor
medida que en hombres.
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